Estaréis conmigo en que la peor noticia de la pasada madrugada ha sido conocer el alcance de la lesión sufrida durante el encuentro de exhibición de la selección australiana, donde Dante Exum, base de Utah Jazz ha sido diagnosticado con el temido "Torn ACL" tras una penetración a canasta en la que su rodilla dijo basta sin motivo aparente. Exum abandonó la cancha inmediatamente, pero la falta de contacto en la entrada y el mal gesto del jugador hacía presagiar que el joven jugador de segundo año de los Jazz se uniría a la larga lista de jugadores con su misma lesión en las últimas temporadas.
En la susodicha, muchos son los bases que aparecen con una carrera marcada por una de las peores lesiones que un jugador profesional puede sufrir. Entre ellos destaca la estrella de los Bulls, Derrick Rose, Rajon Rondo o hasta nuestro Ricky Rubio durante su temporada de novato. La terrible lesión se confirmó durante el día de ayer, asumiendo por tanto la baja segura para la temporada 2015-2016. Sin entrar en el debate de si es correcto o no por parte de las franquicias ceder a sus jugadores para exhibiciones (Mark Cuban abría una "conversación" que todavía trae cola), el gran damnificado además del propio jugador, que afrontaba su segunda temporada en la liga como clave para su desarrollo como jugador, es la franquicia de Salt Lake City.
Exum ha sido uno de esos extraños fenómenos atípicos que han impactado a la liga de forma diferente a lo habitual, apartando por un momento de la mente a esos rookies con números estadísticos llamativos que se llevan todas las portadas cada día en la prensa. Sus números a lo largo de la 14-15 han sido más que discretos, pero la sensación de tener a un jugador diferente a tu disposición es la que hace a los aficionados de los Jazz saber que entre manos tienen a un activo especial, de esos que pueden hacer a una franquicia cambiar su rumbo tras años en la deriva desde puntos de vista diferentes a los que todos estamos acostumbrados. Muchos fueron los que criticaron la selección en el draft con Trey Burke en el roster, seleccionado dos años antes y con claro objetivo de ser el timón de la franquicia desde el puesto de point guard. Los Lakers suspiraban por él tras ver destellos de Kobe en algunos movimientos, pero en cambio se encontraron con otro miembro del club maldito, Julius Randle, que finalmente podrá hacer su debut con los de oro y púrpura esta temporada.
Pero lo que nadie sabría allá por el mes de Junio es que el impacto del australiano sería decisivo de cara a una segunda mitad de la temporada en la que Utah volvió a asemejarse a ese equipo rocoso, trabajador y luchador, no falto de talento por supuesto. Una imagen que volvió a recordar a esos Jazz de Sloan, primero dirigidos por unos sensacionales Stockton y Malone, secundados en los la última década por un soberbio y distinto Deron Williams, y activos como Kirilenko, Okur y Boozer entre otros. Todos los elogios se los llevó (y con merecimiento dicho sea de paso) un center francés de 2,16 procedente del Cholet (y al que en su día dediqué un artículo que podéis leer aquí), pero lo que ha pasado desapercibido para la mayoría es el impacto defensivo que tuvo la incursión en el quinteto inicial de un chaval de 19 años que dió su salto a la fama jugando en un college en Camberra a más de 600 km de su Melbourne natal.
A pesar de que este año era el de su desarrollo como arma ofensiva en el sistema de Snyder (que ha preferido de él en su año rookie su capacidad para defender cualquier posición exterior, cediendo el protagonismo en ataque al dúo Burke-Hayward), Exum mostró en los últimos meses de competición sus condiciones para ser uno de los mejores defensores perimetrales de la liga en las próximas dos décadas. Su velocidad de piernas, su desplazamiento lateral, y su envergadura de casi 2,10 cumplen todos los requisitos para ser uno de los combos más eficientes de toda la liga. Su rating defensivo individual es el más alto de los Jazz en proporción a minutos jugados (por encima de 20), incluso por encima de los monstruosos datos registrados por Gobert, y su actividad atrás han hecho de Utah la mejor defensa de toda la liga en la segunda parte de campaña.
Su capacidad atlética le convierte en un monstruo en la defensa uno contra uno, uniéndose en perfecta armonía sus interminables brazos con un desplazamiento lateral que impide el superarle por velocidad de manera holgada. Muchos han sido los bases que se han encontrado con problemas para superar la primera línea de presión de los Jazz, llegando con dificultades a la zona de ejecución.
Su primer paso tan característico le convierte además en amenaza clara en un sistema de transiciones rápidas, donde ha demostrado a lo largo de la campaña su capacidad para correr tras robo o recuperación defensiva de sus compañeros. Según diversos medios y entrenadores, el trabajo ofensivo en verano hacían apuntar una mejora de Exum en su agresividad de cara al aro (virtud por la que se le conoce desde su etapa en las distintas categorías inferiores de la selección australiana), y por ello Snyder tenía en mente concederle mayor protagonismo en el sistema de ataque de los Jazz en busca del esperado salto a los Playoffs. En propias palabras del jugador, su capacidad de absorber contacto y aumentar su capa muscular eran los objetivos prioritarios que se marcaba a nivel personal de cara a la próxima campaña, continuando su evolución de cara a asentarse en el puesto de 1 en la NBA.
La capacidad de recuperación del ligamento cruzado anterior todavía no es una ciencia exacta, a pesar de que se ha demostrado en los últimos años que los tiempos de acción-reacción se pueden recuperar en más de un 90%. Es más el factor psicológico el gran afectado en este tipo de lesiones, lo que puede suponer un punto a favor de cara a la recuperación de Exum, que tendrá tan sólo 20 años cuando vuelva a las canchas de baloncesto para el inicio de la temporada 2016-2017.
La reponsabilidad por tanto vuelve a las manos de Trey Burke (criticado fuertemente por su mala defensa hasta la llegada de Exum al quinteto) que cuenta en los números y defensa del periodista David Locke con una última oportunidad para demostrar que el perfecto sistema defensivo de los Jazz podrá continuar la temporada que viene en busca de ese 8º puesto que les permita volver a esa ansiada postemporada tras varios años encontrando su identidad.
Los números engañan (menos a Barkley claro) y Exum es el máximo exponente de ese tipo de jugadores a los que a la espera de que las estadísticas lleguen (que lo harán) se convierten en pieza clave de un equipo que tiene todas las papeletas para obtener un futuro brillante. Todos los ánimos del mundo desde aquí.
En la susodicha, muchos son los bases que aparecen con una carrera marcada por una de las peores lesiones que un jugador profesional puede sufrir. Entre ellos destaca la estrella de los Bulls, Derrick Rose, Rajon Rondo o hasta nuestro Ricky Rubio durante su temporada de novato. La terrible lesión se confirmó durante el día de ayer, asumiendo por tanto la baja segura para la temporada 2015-2016. Sin entrar en el debate de si es correcto o no por parte de las franquicias ceder a sus jugadores para exhibiciones (Mark Cuban abría una "conversación" que todavía trae cola), el gran damnificado además del propio jugador, que afrontaba su segunda temporada en la liga como clave para su desarrollo como jugador, es la franquicia de Salt Lake City.
Exum ha sido uno de esos extraños fenómenos atípicos que han impactado a la liga de forma diferente a lo habitual, apartando por un momento de la mente a esos rookies con números estadísticos llamativos que se llevan todas las portadas cada día en la prensa. Sus números a lo largo de la 14-15 han sido más que discretos, pero la sensación de tener a un jugador diferente a tu disposición es la que hace a los aficionados de los Jazz saber que entre manos tienen a un activo especial, de esos que pueden hacer a una franquicia cambiar su rumbo tras años en la deriva desde puntos de vista diferentes a los que todos estamos acostumbrados. Muchos fueron los que criticaron la selección en el draft con Trey Burke en el roster, seleccionado dos años antes y con claro objetivo de ser el timón de la franquicia desde el puesto de point guard. Los Lakers suspiraban por él tras ver destellos de Kobe en algunos movimientos, pero en cambio se encontraron con otro miembro del club maldito, Julius Randle, que finalmente podrá hacer su debut con los de oro y púrpura esta temporada.
Pero lo que nadie sabría allá por el mes de Junio es que el impacto del australiano sería decisivo de cara a una segunda mitad de la temporada en la que Utah volvió a asemejarse a ese equipo rocoso, trabajador y luchador, no falto de talento por supuesto. Una imagen que volvió a recordar a esos Jazz de Sloan, primero dirigidos por unos sensacionales Stockton y Malone, secundados en los la última década por un soberbio y distinto Deron Williams, y activos como Kirilenko, Okur y Boozer entre otros. Todos los elogios se los llevó (y con merecimiento dicho sea de paso) un center francés de 2,16 procedente del Cholet (y al que en su día dediqué un artículo que podéis leer aquí), pero lo que ha pasado desapercibido para la mayoría es el impacto defensivo que tuvo la incursión en el quinteto inicial de un chaval de 19 años que dió su salto a la fama jugando en un college en Camberra a más de 600 km de su Melbourne natal.
A pesar de que este año era el de su desarrollo como arma ofensiva en el sistema de Snyder (que ha preferido de él en su año rookie su capacidad para defender cualquier posición exterior, cediendo el protagonismo en ataque al dúo Burke-Hayward), Exum mostró en los últimos meses de competición sus condiciones para ser uno de los mejores defensores perimetrales de la liga en las próximas dos décadas. Su velocidad de piernas, su desplazamiento lateral, y su envergadura de casi 2,10 cumplen todos los requisitos para ser uno de los combos más eficientes de toda la liga. Su rating defensivo individual es el más alto de los Jazz en proporción a minutos jugados (por encima de 20), incluso por encima de los monstruosos datos registrados por Gobert, y su actividad atrás han hecho de Utah la mejor defensa de toda la liga en la segunda parte de campaña.
Números de Utah con Exum en el quinteto (NBA) |
La capacidad de recuperación del ligamento cruzado anterior todavía no es una ciencia exacta, a pesar de que se ha demostrado en los últimos años que los tiempos de acción-reacción se pueden recuperar en más de un 90%. Es más el factor psicológico el gran afectado en este tipo de lesiones, lo que puede suponer un punto a favor de cara a la recuperación de Exum, que tendrá tan sólo 20 años cuando vuelva a las canchas de baloncesto para el inicio de la temporada 2016-2017.
La reponsabilidad por tanto vuelve a las manos de Trey Burke (criticado fuertemente por su mala defensa hasta la llegada de Exum al quinteto) que cuenta en los números y defensa del periodista David Locke con una última oportunidad para demostrar que el perfecto sistema defensivo de los Jazz podrá continuar la temporada que viene en busca de ese 8º puesto que les permita volver a esa ansiada postemporada tras varios años encontrando su identidad.
Los números engañan (menos a Barkley claro) y Exum es el máximo exponente de ese tipo de jugadores a los que a la espera de que las estadísticas lleguen (que lo harán) se convierten en pieza clave de un equipo que tiene todas las papeletas para obtener un futuro brillante. Todos los ánimos del mundo desde aquí.
Etiquetas: NBA
Publicar un comentario